La pista de Ringuelet y la de 32 y 26 se han transformado en un polo de gran atracción
El skate se impone en la Ciudad y las pistas disponibles en la Ciudad tienen cada vez más visitantes que pasan tardes enteras probando nuevas variantes arriba de la tabla. Desde pequeños de tres o cuatro años, hasta jóvenes que superan largamente los 30, los seguidores de esta práctica se suman cada fin de semana a los espacios preparados para tal fin.
El nuevo parque recreativo Zona Norte y la pista de 32 y 26 se ven cada vez más pobladas. Este fin de semana, en 19 y 514 una importante cantidad de jóvenes se acercó para disfrutar del buen tiempo que regaló el sábado y, fundamentalmente, el domingo. Agustín Avalos (19 años), de Gonnet, fue junto a su grupo de amigos a disfrutar de la pista y no paró de hacer trucos a su antojo.
Además de las pistas antes mencionadas, también puede verse los fines de semana -aunque con menos afluencia- grupos de adolescentes con sus tablas de skate en la torre 1 de 12 y 51, y en los alrededores del Teatro Argentino. Hoy el skate mueve a miles de chicos, fanáticos de la tabla que sobre cuatro pequeñas ruedas se deslizan a toda velocidad y vuelan por el aire.
Como ocurre con la pista de 32 y 26, el complejo recreativo de Ringuelet convoca a cientos de niños, adolescentes y jóvenes, y desde las primeras horas de la tarde hasta que se va el sol no son pocos lo que se acercan para ver el espectáculo de arriesgadas pruebas.
Originalmente se lo llamó "skateboarding", cuando se impuso en las calles de Nueva York, cuatro décadas atrás, pero ahora se lo abrevia como "skate", que se practica con una tabla de madera adosada sobre dos ejes con un par de ruedas cada uno. Se la hace rodar mediante un envión y una alta cuota de equilibrio, preferentemente sobre una superficie plana.
Quienes buscan altas dosis de adrenalina, tratan de pasar rasante sobre los filos de cemento, dibujar una determinada figura en el aire sin despegar los pies de la patineta o lanzarse a los trucos de estilo libre. Estas actividades se pueden hacer sin inconvenientes en los nuevos circuitos de la actividad.
Las dos pistas se crearon para satisfacer una doble demanda. Por un lado la de los adeptos a la actividad, que disponen de un ámbito especial para desarrollar su deporte favorito; por otro, la de los vecinos, quienes en muchas ocasiones se han quejado por las molestias que le causa la práctica de esta disciplina en veredas y calles.
Fuente: http://www.eldia.com.ar
Milton
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